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Jordi Llobregat, durante la entrevista a LAS PROVINCIAS.
Jordi Llobregat: «La gente se ha alejado de los libros»

Jordi Llobregat: «La gente se ha alejado de los libros»

El escritor Jordi Llobregat debuta en la literatura con 'El secreto de Vesalio', vendido a una veintena de países: «No me siento un experimento editorial»

Carmen Velasco

Miércoles, 27 de mayo 2015, 19:08

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Involucrado en la vida cultural valenciana, Jordi Llobregat, ambienta su debut literario en la Barcelona de finales del siglo XIX. "Es un homenaje a mi madre, a la ciudad donde ella nació", dice. El director del festival Valencia Negra ha creado personajes oscuros, codiciosos, ambiciosos pero en El secreto de Vesalio también se mueven protagonistas con voluntad de justicia y ánimo de superación.

Llobregat no se ha ganado aún a los lectores, pero sí a los editores dado que la novela ha sido vendida a una veintena de países. "No me siento caballo ganador, ni tampoco un experimento editorial", remarca. Se siente afortunado por la recepción en el mundo editorial, pero no siente el abismo: "No tengo 20 años y vivo de mi profesión. He escrito sin tener garantía de éxito o sin ver la posibilidad de que saliera del cajón".

Confía en la pareja Daniel Amat y Bernat Fleixa para ganarse al lector con El secreto de Vesalio. Llobregat se ha decantado por investigadores que no se dedican profesionalmente a resolver casos para aclarar una serie de muertes. Al profesor y al periodista se les suma Pau Gilbert, el ojito derecho del autor y que quizá recupere en próximas novelas. Con el estudiante de medicina, el escritor reivindica el papel de la mujer en la ciencia y, por extensión, en la sociedad. "Aún queda mucho camino por recorrer y se hará", admite Llobregat, padre de una niña de cuatro años. A él le gustan las personas que se enfrentan a lo establecido, como las que desfilan por su libro.

La novela incluye un homenaje a los libros, como objeto de conocimiento. La búsqueda de un manual de anatomía de Vesalio escrito en el siglo XVI es objeto de deseo y móvil de crímenes. Él mataría por una novela ("por En el nombre de la rosa, de Umberto Eco") y moriría por salvar Cien años de soledad, de Gabriel García Vázquez. Eso sí, le habría encantado escribir Marina, de Carlos Ruiz Zafón.

En la actual sociedad, el libro no ejerce tanta influencia como en el tiempo narrativo de El secreto de Vesalio. "Se ha conseguido alejar a la gente del libro y debemos recuperar a los lectores. Seremos más libres teniendo cultura y mayor capacidad crítica leyendo", opina. "Una parte del poder político considera que la cultura es un elemento peligroso pero no conozco la existencia de estrategia para que los ciudadanos se distancien de los libros", apunta. Llobregat no sabe si los gobernantes han obrado de forma deliberada para separar a los ciudadanos de los libros o si es un efecto de su ineptitud. "Ambas posibilidades dan miedo", remarca el escritor valenciano, para quien "las lecturas son otro espejo del alma".

"Valencia aún está a la espera de una gran novela que reivindique ahora la ciudad como escenario literario", asegura. Blasco Ibáñez lo hizo en su época, recuerda Llobregat, quien no da la batalla por perdida: "Cualquier día se escribirá. Santiago Posteguillo, Vicente Garrido, Sebastián Roa, Santiago Álvarez, Carmen Amoraga, Ferran Torrent, Ramón Palomar... hay una buena generación de novelistas".

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