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Catalá, Fabra, Barberá y Bonig, ayer. :: irene marsilla
Génova ratifica la candidatura de Fabra

Génova ratifica la candidatura de Fabra

También confirma a Barberá como número dos por la circunscripción de Valencia, a Císcar en Alicante y Bonig en Castellón

JUAN CARLOS FERRIOL

Viernes, 6 de marzo 2015, 00:40

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El Comité Electoral Nacional del Partido Popular ha confirmado, tal y como estaba previsto, la candidatura de Alberto Fabra presidencia de la Generalitat.

El comité, que preside Alicia Sánchez-Camacho, continúa reunido a esta hora, informa el PP en un comunicado.

En la reunión, que ha comenzado esta mañana, se han confirmado además la designación de los candidatos a las principales alcaldías la Comunitat. Asunción Sánchez Zaplana optará a la var de mando de Alicante; Juan Alfonso Bataller de Castellón y Rita Barberá Nolla de Valencia.

PP valenciano

Alberto Fabra era oficialmente desde ayer candidato del PP valenciano a la presidencia de la Generalitat. El comité electoral del partido en la Comunitat aprobó ayer la propuesta y Génova la ratificará esta jornada. La tenacidad del presidente de los populares valencianos y su empeño en liderar a su partido en una coyuntura electoral tan delicada como la actual han sido claves para que la calle Génova adoptara esta decisión, en la que también ha influido, por encima de ese argumento, el hecho de no encontrar una alternativa solvente que contara con el respaldo de todos los barones y que pudiera modificar de forma significativa las expectativas electorales del PPCV.

Alberto Fabra explicó que la propia secretario general, Dolores de Cospedal, le telefoneó para comunicarle la noticia. Pero la decisión de Génova le deja, probablemente, un sabor agridulce. Es verdad que el líder del PPCV optará a presidir la Generalitat, pero la dirección nacional también comunicó oficialmente ayer quien ocupará el número dos por la circunscripción de Valencia, quienes le acompañarán como cabezas de cartel en Alicante y Castellón, así como los candidatos a la alcaldía de las tres capitales de provincia. Es decir, fue Madrid quien tomó la decisión respecto a qué personas tenían que ocupar esos puestos, cerrando la puerta a que el presidente valenciano pudiera condicionar o influir en esa elección.

El vicepresidente del Consell y líder provincial de los populares alicantinos, José Císcar, encabezará la lista del PP por esa circunscripción. Y la coordinadora general del PP valenciano, Isabel Bonig, lo hará por la de Castellón. En el número dos de la lista de Valencia, justo por detrás de Fabra, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Los nombres resultan significativos porque constituyen el sector crítico con el que Fabra mantiene distintos frentes abiertos.

La presencia de Císcar como número uno por la circunscripción de Alicante supone toda una declaración de intenciones de la dirección nacional. Fabra, es verdad, en ningún momento se ha pronunciado en público respecto a quién debía ocupar ese puesto. Pero en el seno del PPCV se daba por seguro que, en el caso de haber dispuesto de alguna opción, el presidente popular habría tratado de impedir que fuera su vicepresidente. El distanciamiento de Fabra y de su entorno más cercano en el Palau -con la secretaria autonómica Esther Pastor a la cabeza- con su vicepresidente del Consell se ha hecho evidente conforme avanzaba la legislatura.

En los últimos meses ha ocurrido algo muy similar con Bonig. Pese a que su nombramiento como coordinadora general del partido fue pactado por Fabra con Barberá y los barones provinciales, que el nombre de la también consellera de Infraestructuras comenzara a sonar en Madrid como posible alternativa a Fabra contribuyó a que el Palau marcara distancias con ella, hasta el punto de invisibilizarla como responsable del partido. La designación del comité electoral del PPCV, en la que Fabra la ninguneó, estuvo a punto de provocar la dimisión de la coordinadora general.

Con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ocurre otro tanto. Las diferencias entre ambos, puestas de manifiesto una vez más esta semana con el criterio sobre la situación judicial del vicealcalde Alfonso Grau, se han hecho evidentes a lo largo de toda la legislatura. Barberá ya trasladó a la dirección nacional, y a Mariano Rajoy en persona, sus diferencias con Fabra. Y Madrid, que no ha encontrado un cartel electoral al del presidente del Consell, opta por reconocer a los barones críticos con el líder del PPCV dándoles la visibilidad que éste habría querido negarles.

Que Génova haya decidido 'elegirle' los cabezas de cartel a Fabra tiene una lectura adicional: el hecho de que todos los nombres se hayan conocido al mismo tiempo 'en un pack' evita que el presidente regional singularice su proclamación como candidato. Un nuevo mensaje de la dirección nacional, que parece forzar de nuevo al presidente del partido y a sus principales barones a entenderse, con la elaboración de candidaturas en el horizonte más inmediato.

El 'pack' de candidatos del PP valenciano que Génova dio a conocer ayer incluye también a los carteles electorales de las tres capitales de provincia -otra desconsideración hacia Fabra, que esperaba su proclamación como candidato para tratar de condicionar el resto de propuestas-. Rita Barberá optará, como ella mismo había anunciado, a la alcaldía de Valencia. Alfonso Bataller, el actual alcalde de Castellón, hará lo propio en esa ciudad.

¿Y Alicante? La incógnita abierta en los últimos meses respecto a quién sustituiría a Sonia Castedo se resolvió ayer en favor de... José Císcar. No porque él vaya a optar a la alcaldía, sino porque será la consellera de Bienestar Social, Asunción Sánchez-Zaplana -persona de su absoluta confianza y la candidata avalada por la dirección provincial del PP alicantino- la que opte a la alcaldía.

La designación de Sánchez Zaplana cierra la puerta a la opción que valoraba Fabra, partidario de sostener al actual alcalde, Miguel Valor, como cartel electoral y de situar a Carlos Mazón, director de la Caámara de Comercio y candidato preferido por el expresidente Eduardo Zaplana, en el número dos. Con Sánchez Zaplana de número uno, las opciones de Císcar de optar a la presidencia de la Diputación de Alicante por el partido judicial de la capital se disparan. Y ese escenario también compromete los planes de Fabra.

Entre los barones del PP valenciano se considera que el presidente había pensado en blindarse con unas candidaturas electorales de su absoluta confianza, que le permitieran seguir liderando el partido incluso en caso de derrota electoral. A seis meses de las generales, y sin opciones ni plazos para un congreso extraordinario, el resultado de Rajoy en noviembre abriría un nuevo horizonte al que Fabra podría llegar vivo, en términos políticos, y con el debate orgánico instalado en Madrid. Con la incorporación en listas de sus críticos, esa hoja de ruta no se sostiene. Y la elaboración de candidaturas concede un protagonismo a los barones con los que Fabra se verá obligado a entenderse.

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